El Desafío (The Walk), es basicamente un entretenimiento muy conseguido, gracias a un espectáculo visual de primera magnitud.
La historia de la película es sencilla, ya que solo nos cuenta el extraño reto de un malabarista y equilibrista francés llamado Phillippe Petit, que no se sabe muy bien por qué, en el año 1.974, decidió que su vida dependía de que pudiera andar por un cable de una torre gemela de Nueva York a otra. Como este tema, en principio, no da para mucho, Zemeckis decide introducirnos un poco al personaje, contándonos de manera ágil y pintoresca, y con un aire a "Amelie", los inicios del bueno de Petit. No es que haya nada en su vida muy remarcable y por eso la primera hora de película pasa sin pena ni gloria, aunque en ningún momento se hace pesada. La segunda parte es sin duda mucho más interesante y es donde aparecen los grandes méritos de la película, la tensión digna de cualquier película de grandes atracos , la emoción y sobre todo el impacto visual que le supone al espectador todo lo que sucede en lo alto de las Torres.
Creo que Zemeckis a parte de a Petit, hace un homenaje evidente a las malogradas Torres Gemelas y también nos enseña como la sociedad ha ido perdiendo la inociencia. Mientras el "ataque" que se planea en el 74 es con un fin artístico y de belleza plástica, todos sabemos lo que sucedió allí mismo, 27 años después, fruto del odio y el terror.
En el apartado interpretativo, el gran protagonista de la función es Joseph Gordon-Levitt que con su aspecto agradable y un buen trabajo contribuye a que Petit nos resulte bastante simpático, cosa absolutamente fundamental para que no deseemos que se caiga del cable y se estampe en el suelo.
Película recomendable, sobre todo para ver en cine, para pasar un buen rato, a no ser que sufras de Vértigo. En este caso ni se te ocurra ir, porque cuando camines por la cuerda floja junto a Phillippe Petit sin duda te marearás.
Finalmente quiero recordar que existe un documental de 2.008 llamado "Man on Wire" que explica la misma hazaña y a mi personalmente me gustó mucho más. El documental ganó el Óscar y Petit al recogerlo, como buen equilibrista lo sostuvo con la barbilla.
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